Cuando avanza el mes de febrero, los días se alargan y las temperaturas diurnas comienzan a atemperarse. Es el momento en que la naturaleza se despierta del letargo del invierno, y los almendros, con su floración, son los primeros árboles en hacerlo.
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El almendro es un cultivo típicamente mediterráneo, y en la comarca del Matarraña forma parte del paisaje y del mosaico de cultivos que se despliega alrededor de todos los pueblos, hasta la misma falda de las montañas de Els Ports y las riberas de los ríos.
En medio de la calma invernal, las flores de los almendros tiñen de rosa y blanco las llanuras y valles de la comarca, a lo largo de algunas semanas. La floración es un espectáculo efímero que podemos disfrutar desde espectaculares miradores como el Poblado Ibérico de San Antonio de Calaceite, paseando junto a las riberas del río Algars o mientras recorremos la Vall Rovira.
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Si nos adentramos en los campos de almendros en flor, nuestros sentidos se embriagarán entre la paleta de colores de las flores, el olor dulce de miel y el zumbido de las esforzadas abejas recogiendo el polen y ayudando en la polinización. Un mundo en miniatura digno de ser observado en silencio, una experiencia para recordar. ¡No te la pierdas, alojándote en nuestros casas y apartamentos!